Habitualmente siempre hago el Blog en Ingles, pero en esta ocasión, mi vocabulario en ingles no haría justicia a lo que verdaderamente siento.
Traer el supper club a Barcelona es algo que ya hace años que ronda mi cabeza, partí de Barcelona bastante joven y para la gran mayoría de mis amigos, no he cocinado mas que alguna cena furtiva en alguna de mis escapadas o una paella en las calles del pueblo. Y yo quiero más…
Recuerdo que después del primer supper club en Londres, donde habían acudido todas las amistades que había hecho en mis años en la ciudad, mi buen amigo Joselete me dijo después del evento » Hoy la gente ha disfrutado, pero espera a ver cuando lo hagas para gente que no te conozca «. Y es cierto, pero después de varios años cocinando para gente que no me conoce, me apetecía mucho cocinar para los que me conocen desde niño. Porque cocinar y hacer disfrutar a los que quieres, no tiene precio.
Pero traer el supper club no es algo sencillo, requiere mucho tiempo y esfuerzo. Desde el diseño de los platos, manteles, compra de material y toda la logística de organizar un evento a 1,500km de donde lo organizas habitualmente.
Lo más importante sin ninguna duda es encontrar un buen Local. Y yo tuve mucha suerte con eso. Un sitio con todos los detalles que yo necesitaba a escasos 3 minutos de casa de mis padres. Aun recuerdo el día que tomando una cerveza con mi hermano Pablo encontramos a Jose, vecinos desde la infancia , comentándome que tenia el local vacío por las noches y quería sacarle mas partido.
Para que digan qué buenas ideas no salen en los bares.
Fueron tres noches y todas fueron distintas. También es verdad es que en 5 años que llevo haciendo supper clubs, e incluso en muchas ocasiones con los mismos comensales, siempre son distintos.
La primera noche familia y los doctores que trabajan con mi padre.
La familia ya han probado muchas veces mi cocina, es mi pasión con lo que no me cuesta compartirla con ellos cuando tengo ocasión, pero siempre es bonito la reacción, de que te vean cocinando entre otros muros que no sean en una casa.
Y los doctores que puedo decir, los conozco desde antes que me dedicara a cocinar y después de muchos años de la publicidad que hace un padre orgulloso, el listón estaba muy alto y al final uno de ellos decía en un corrillo » ja estava tardant «.
La segunda noche era especial, venia gente con los que cursé la escuela, 27 años madre mía !!
Hace unos años, gracias a esto de las redes sociales, en una de mis escapadas para ver a la familia, quede para tomar una cerveza y ponernos al día con Maurici, buen amigo con el que tengo mil recuerdos de los años que compartimos entre el EGB y BUP. Y durante la puesta al día surgió la idea de montar alguna cosa para volver a reunirnos todos otra vez, claro que yo no tenia ni idea qué seria en esta ocasión. Tengo que confesar que me costo dirigirme a ellos entre plato y plato de la emoción, me faltaban las palabras.
Y si ha este grupo le añades otros amigos que se dedican a la gastronomía también, sale una noche perfecta. Porque de eso trata un supper club, juntar un grupo de personas que se conozcan o no, creen una gran velada alrededor de la comida.
La tercera noche era tal vez la más fácil, llevas dos noches haciendo el mismo menu y el grupo de personas que viene son los de la Puebla, son los amigos de siempre.
El servicio en este se vuelve más informal, con conversaciones en la cocina mientras tu emplatas un plato y ellos se echan un cigarro furtivo en el patio interior. Pero la reacción es la misma que las noche anteriores y concluyes tres días con la gente apuntándose » al viaje a India» del proximo supper club.
Todo este esfuerzo no es solo mío, quiero dar una mención especial a mis padres y a Claudia.
Mis padres por lo de siempre, estar ahi. Porque aunque me corregía mi madre, cuando yo decía que sin ellos no podría hacerlo, con ellos las cosas siempre son mas fáciles.
Y Claudia, porque la inexperiencia que le asustaba un poco al principio, se gana con la actitud. Y ella ha hecho un gran trabajo liberándome en la cocina para que me pudiera dedicar simplemente a cocinar.
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